Sábado Santo: La última escapada.

Llevábamos ya unos días Jose y yo pensando en salir el Sábado Santo en busca de procesiones, aunque no nos decidíamos en el destino. Había varias opciones: Granada (descartada porque Pili venía de allí y no era plan volver), Sevilla (descartada por lejanía y porque ya era tarde para irse), Lucena y Cabra.

Me dediqué a buscar las imágenes de ambas ciudades y finalmente me decidí por Cabra al gustarme más la imagen que la de Lucena.

Y camino de Cabra nos fuimos Jose, Pili y yo. No nos costó mucho aparcar y nos encontramos con el único paso de la Hdad. del Socorro. Se trata de una imagen de la soledad de la Virgen, siendo esta de la escuela granadina. Tiene la peculiaridad de que se trata de un busto que está adaptado como imagen de vestir para que pueda ser procesionada.

 

 Nos la encontramos casi en su salida, descendiendo por una cuesta entre arboledas hasta llegar a una plaza donde la esperaba una gran gentío.
Tras ver la procesión, nos dirigimos hasta otro punto, siendo éste más cercano a la Carrera Oficial egabrense. Allí vimos la hermandad completa, habiendo multitud de nazarenos y mujeres de mantilla precediendo al palio de la Virgen.

Me llamo la atención que siempre que se paraba el paso todo el cortejo se giraba mirando a la Virgen, volviéndose cuando éste comenzaba a andar de nuevo.
Lo seguimos hasta el recorrido oficial, destacando lo que más me gustó. Y es que colocan unos potentes focos dirigidos hacia los pasos que conforman la Semana Santa de Cabra. Tan potentes eran que con mi cámara no se necesitaba ni flash ni trípode para poder realizar las fotografías (y el que tenga una cámara normalita como la mía sabrá que eso es bastante complicado).

La Virgen iba acompañada por la Banda de Cabra, la cual, en mi parecer tendría que llevar marchas más acorde con el día, es decir más fúnebres y tristes que las que pude escuchar, como por ejemplo "Madrugá de Canela y Clavo" (que me encanta, pero que en mi opinión no le pega a esta dolorosa).

Y ya cuando esta estaba pasando frente a la tribuna, pensamos que ya era hora de volver, ya que al día siguiente había que madrugar para el gran y último día de la Semana Santa.

Nos fuimos de Cabra con un buen sabor de boca y está claro que volveremos, tanto como para conocer sus imágenes, como otra jornada de su Semana Mayor.