Allí nos volvimos a encontrar con la Hdad. de la Borriquilla y más concretamente con su paso de palio, del cual volvimos a deleitarnos.
Tras comernos unos helados en dicha plaza (los cuales están más que buenos y que de vez en cuando nos damos ese placer), esperamos a ese río de capirotes granates que vienen desde la calle más bonita del mundo, como alguien dijo alguna vez, la Carrera del Darro. La Hermandad de la Sentencia se abría paso entre el público. Tenía yo muchas ganas de ver este misterio donde, a pesar de estar acompañado por más de media docena de imágenes, para mí sólo existe la imagen de Jesús de la Sentencia. La bella talla salida de la gubia del que salió del que fue el mayor escultor de la Andalucía oriental de la época, José de Mora.
Tras Él, la Virgen de las Maravillas la, según muchos, obra de Pedro de Mena, con su palio denominado por los cofrades de la ciudad "el más romántico de los palios granadinos", paseó con elegancia acompañada por la Banda de Música "San Isidro" de Armilla. Me gustó el manto que estrenó hace un par de años y que tenía ganas de ver, aunque me da la impresión que desentona un poco con el palio (a lo mejor están pensando en cambiar también el palio...). Faroles de cola (que tanto me gustan a mí) para una cofradía de las llamadas "serias".
Ahora teníamos dos opciones: O buscar a la Santa Cena o al Despojado. Hace días decidimos que íbamos a ver la entrada de la hermandad realejeña ya que siempre me habían hablado muy bien de todas las entradas de las hermandades que lo hacen en la iglesia de Santo Domingo. Con paso ligero fuimos en busca del barco que llevan sobre sus cuellos los costaleros de la Santa Cena, pero ésta ya iba por la Cuesta del Progreso en busca de la carrera oficial y dada la estrechez de las calles de ese barrio nos era casi imposible poder disfrutar de esta cofradía en condiciones. Así que miramos en nuestro programa de mano a ver por donde iba el Despojado y, al ver esta opción, nos fuimos hacia la Carrera de la Virgen.
Nos sentamos un ratito ya que aún le quedaba un poco para llegar la Cruz de Guía, que asomó por fin hasta este ensanche de la ciudad. El cortejo no tenía nada que ver con el que pudimos ver en Agosto tras su vuelta de Madrid de las JMJ. Cortejo serio, bien organizado, silente que precedía al cartujano misterio de Jesús Despojado. Siempre de frente con las tristes cornetas de su propia banda de cornetas y tambores (que me gustó mucho mucho) andando sin prisa pero sin pausa se fue acercando hasta la Plaza Mariana Pineda donde aguardaría su turno para entrar en calle Ángel Ganivet y seguir su curso hasta el primer templo de la ciudad.
Y otra vez paso ligero, esta vez hacia dicho templo, la Catedral de Granada desde donde estaba a punto de salir la última de las hermandades que nos quedaba por ver. Tras la espera por fin salió el misterio Eucarístico de Espinosa Cuadros. Tenía clavada una espinita y era realizar una buena foto de todo el conjunto. No sé si lo he logrado, pero al menos a mí me gusta el resultado y os lo muestro en esta entrada.
Sería la Banda de CCTT "Jesús del Gran Poder" de la que tan bien hablan en las tertulias cofrades granadinas la que acompañó al, aún en fase de realización, paso de Jesús en su Santa Cena. Magnífica obra del penúltimo de los grandes genios de la escultura granadina, para mí la mejor representación de este pasaje en la Semana Santa andaluza (sí, por delante del sevillano).
Tras sus pasos la bella Virgen de la Victoria, la Virgen sin lágrimas que incluso parece sonreír, también obra de Espinosa Cuadros. Como no podía ser de otra manera (y espero que siga así mucho tiempo) la Banda de Música de Torredonjimeno. Con eso está dicho todo.
Que bien que anda este palio, quizás el que mejor andó de todo el Domingo de Ramos.
Nuestro siguiente paso era ver de nuevo al Despojado, esta vez en Plaza Trinidad, aunque cuando llegamos éste aún estaba en calle Mesones, así que disfrutamos de él revirando hacia Marqués de Gerona (una de las mejores calles para ver Semana Santa). y depués hicimos lo mismo con el paso de Jesús Cautivo.
Viendo que se nos echaba la hora encima y que teníamos que pillar sitio en la Plaza de Santo Domingo.
Tras "despedirnos" de la Virgen de la Encarnación en calle Mesones salimos corriendo hacia el Realejo, previo paso por los palcos de Ganivet en busca de revistas y programas que se han dejado los abonados (literalmente tirados por el suelo). En Santo Domingo estaban entrando los primeros tramos de nazarenos y llegó el primero de los pasos. De una manera impecable entró dentro de la iglesia, como si sobraran dos metros por cada lado, cuando aún me explico cómo pueden entrar y salir pasos por esa puerta, más aún si son pasos de palio, pero el milagro aparece año tras año.
Llegó la Virgen de la Victoria con la marcha "Rocío" y con un impresionante solo de flautín, que enmudeció a toda la plaza y me puso el vello de punta (el mejor solo de esta marcha que he escuchado nunca) sólo se escuchaba el sonido de las bambalinas contra los varales y dicho instrumento. Silencio que se transformó en ovación hacia la banda y costaleros. Una saeta sirvió de intermedio para la interpretación de "Y en Triana la O", marcha que escuchaba por primera vez y que me maravilló, una marcha muy dulce que puso punto y final a un prefecto Domingo de Ramos, tanto en lo meteorológico como en lo cofrade.
Tras saludar a varios miembros de la banda de Torredonjimeno y tomarnos un "algo" con Jose en un bar cercano, fuimos a por unos shawarmas y a descansar, que el lunes prometía ser otro gran día de cofradías...
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