Tal y como se puede observar en la fotografía se encontraba en un templete muy adornado con flores, plantas y velas en cuyo centro se encontraba la imagen de Santa Ana con la Virgen niña, que con vestido rosa porta un pergamino en actitud de leer, tal y como muchas veces he visto representado en pintura y escultura.
Según me cuenta el amigo Antonio Rama (al cual debo agradecerle mucha de la información de esta entrada), se encontraba su capilla en el lugar en el que actualmente se encuentra la imagen de Jesús Preso y que pertenecía a una señora de nombre Elena Moya Molina y que tras pasar por su hija, actualmente se encuentra en el domicilio de Antonio.
Tras la celebración del Concilio Vaticano II, celebrado a principios de los 60, ésta y muchas imágenes desaparecieron de nuestras iglesias, con lo que hace cerca cuarenta años que Santa Ana casi desapareció del devocionario popular tosiriano.
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