Amaneció el día entre sol y nubes, con mucho frío y una brisa que se metía hasta los huesos. Fiel a su cita y puntual cada mañana de Viernes Santo, el gran misterio salido de la mano de Amadeo Ruiz Olmos se acercó hasta el dintel de la puerta de San Pedro, donde se entonó la Marcha Real por parte de la Banda de CCTT "Jesús Cautivo" de Rus, sustituyendo a la buena formación procedente de Castellar que vino el pasado año.
Con sus parejas de nazarenos, que se mantienen año tras año, todo un logro para la hermandad en estos años de crisis (no sólo económica) de penitentes.
Y avanzando (a ruedas) a paso lento comenzaba el Viernes Santo (tras la suspensión de la procesión de la Madrugá).
Esperaba más gente congregada en las primeras calles del recorrido debido sobre todo a que el día anterior terminó antes de lo que todos queríamos, pero se ve que no es así, ya que (como siempre), no fue hasta la llegada del cortejo de la Sentencia hasta la Carrera de los Dolores no se veían más de quince o veinte personas en las aceras (con la excepción de la esquina de la calle Don Diego con Parras Baja).
Quizás el frío era lo que hizo que la gente no saliera a la calle. Y es que hizo frío... mucho frío.
En las calles alrededor de Santa María y como siempre el paso por las RRMM Dominicas congregó más público y, por supuesto, su llegada a la Plaza de la Constitución.
Vuelta de honor para el grandioso paso de misterio, donde me despedí, si Él lo permite y el tiempo también hasta el próximo año, quedándome esta vez en la Plaza de la Constitución para la llegada de Jesús Nazareno a la Carrera Oficial.
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